APROXIMACIÓN AL PALEOPAISAJE DE LAS CIUDADES DE AMPURIAS E INDIKA
Su interrelación entre los s. VI aC-IV aD
Las ciudades de Ampurias e Indika se hallan a caballo del Baix y Alt Empordà, separadas por la barrera natural del macizo del Montgrí, en el noreste de la península Ibérica, a pocos kms del extremo más oriental de la misma, el cabo de Creus.
Ambas ciudades tuvieron una evolución contemporánea, en un entorno nada parecido al actual y que, sin duda, facilitó su interrelación de manera decisiva para su desarrollo, especialmente de Indika.
La zona en la que nos centramos es la que se halla entre el cabo de Begur y el río Fluviá, aproximadamente en el siglo VII ac, escogiendo estos dos referentes sólo al objeto de no ampliar más un territorio que tenía en el momento las mismas características y en que coinciden la fundación de la colonia griega con el comienzo del período ibérico en Indika.
“El Alto y Bajo Ampurdán, separados por el Montgrí y el Ter, son, físicamente hablando, dos llanuras de hundimiento rellenas de sedimentos terciarios recubiertos a lo largo del Cuaternario por las aportaciones de los ríos que desaguan: el Daró, el Ter, El Fluviá y la Muga. Los depósitos más modernos se fueron acumulando cerca de las desembocaduras de los ríos hasta formar uma llanura húmeda salpicada de lagunas, (…) determinó (la llanura lacustre) la forma de implantación humana (…) situando los hábitats en las modestas alturas que destacaban en la llanura inundada. (…) lo prueba la situación (la implantación humana) de muchos pueblos en la cima de colinas elevadas dominando las lagunas(...)” (1)
Este fue el paisaje que los colonos griegos vieron al llegar: una enorme extensión de marismas y estanques, conectados, o no, entre ellos, con diversos ríos y riachuelos, siendo las elevaciones los únicos aptos para la ocupación humana. La colonia griega se hallaba entre dos ríos, Ter y Fluviá, y la ciudad ibérica tenía al norte un brazo del Ter y el Daró desembocando en el lago adjunto. El río Ter a su llegada al Montgrí se dividía en brazos, uno de los cuales desembocaba al sur del macizo y el otro al norte. Esta situación parece que se dio hasta la Edad Media, desembocando definitivamente por el sur.
Ampurias, fundada en el 600 ac, aproximadamente, por massaliotas de origen griego-foceo, y es un ejemplo clásico del colonialismo comercial griego en el extremo occidente mediterráneo. Posiblemente en ese momento fundaron simultáneamente diversas colonias, Massalia misma entre ellas, al objeto de, no solo mantener el comercio con los indígenas del lugar, sino ser puerto de cabotaje.
Se asentaron en un principio en un islote, la Palaiápolis (2), Sant Martí d´Empúries, habitado posiblemente ya por los indígenas. Aprovechando la desembocadura del Fluviá, justo al norte, como puerto y fuente de agua, y las barreras naturales de las marismas como defensa, el lugar, aunque inhóspito, es indicado para el establecimiento humano de un emporio, protegido asimismo de la mayoría de los vientos locales.
“Esta islita se formaba gracias al rio Fluviá, que desembocaba al norte del promontorio y al mar. Es sobradamente conocido que el promontorio rocoso de algo más de trescientos metros sobre el que actualmente se levanta el pueblo de San Martín de Ampurias fue en la Antigüedad una isla alejada unos doscientos metros de tierra firme y que fue lugar elegido hacia el 600 ac, que por el sur llegaba hasta un terreno escarpado sobre el que se situará la ciudad romana de Emporiae. El resultado era una pequeña ensenada parcialmente protegida de los vientos del norte por la isleta y abierta a los vientos del levante. Esta cala que actualmente aparece colmada por las aportaciones aluviales del rio Fluviá fue utilizada antiguamente como puerto”. (3)
A mitad del siglo VI ac, los colonos se establecen también en tierra firme, a unos cientos de metros al suroeste, siendo en este momento la ensenada entre la Palaiápolis y el nuevo asentamiento, el puerto, actualmente tierra firme.
El puerto presentaba inconvenientes: reducido en tamaño, abierto a los vientos de levante, y cegado por el Fluviá.
Para proteger el puerto del viento de levante, se alzó un malecón, posiblemente de finales del s. II ac, aun visible en gran parte. Entre este nuevo establecimiento y el Montgrí, a poca distancia desaguaba un brazo del Ter, actual Rec del Molí.
La Neápolis, se hallaba perfectamente amurallada por tres lados, excepto el que daba al puerto, siendo quizás, indicio que la tecnología naval de los indígenas no preocupaba militarmente a los colonos.
Posteriormente, ya el año 218 ac se produce la primera llegada de los romanos, en el marco de la 2ª guerra púnica, los cuales se instalan en la colina adyacente a la Neápolis, el Turó d´Empúries, pasando con el tiempo, de campamento romano a colonia romana, Emporiae.
En 197 ac se produjo una gran rebelión indígena en las zonas ocupadas por los romanos que no pudiendo ser sofocada, llegó a sitiar Ampurias, ocupando los iberos el antiguo campamento militar romano. A la llegada de Catón, en 195 ac, parece ser que se dirigió a Riells-la Clota, al sudeste de Ampurias, donde acampó. La zona de Riells eran antiguas marismas, separadas por una lengua de roca conocida por el Puig del Corral d´en Pi,donde al norte forma una playa, entonces inexistente, protegida del viento y en la sur existen dos pequeñas calas, las Closas Grossa y Petita. Actualmente aquí se halla el puerto deportivo. La zona está urbanizada en su totalidad, quedando como recuerdo de las antiguas marismas un pequeño estanque, Estany de la Poma, y diversos topónimos referidos a ello. El Puig del Corral d´en Pi, se creyó podía ser un embarcadero, pero el hallazgo de unas tumbas a poca distancia del mar y los cálculos comparados no permiten creer que fuera un embarcadero, sino algún tipo de defensa o estructura portuaria. La gran cantidad de hallazgos tanto en tierra como en el mar, permiten creer que Riells fue un puerto al menos desde principios del siglo I ac hasta la Edad Media. (4)
Indika (5), en cambio, se halla en la actualidad en el interior, a unos 10 km de la línea de la costa, al suroeste del Montgrí. Dividida en dos núcleos poblacionales separados por unos 400 metros, uno en una colina, el Puig de Sant Andreu, y el segundo, más pequeño, al norte, en una antigua isla, l´Illa d’en Reixach, en el lago adyacente, desecado artificialmente en la segunda mitad del siglo XIX. El río Daró desaguaba en este lago, siendo el principal aportador de agua. Indika, con orígenes al menos de la edad de hierro, es uno de los ejemplos cumbre de la cultura ibérica.
La distancia por tierra entre Ampurias e Indika en línea recta es de unos 15km, si bien la real es algo superior, existiendo un camino desde época griega conocido como el Camino de Ampurias y que en época romana unía Gerunda y Ampurias.
Indika, desconocida como tal hasta la primera mitad del siglo XX, es un misterio por resolver. Nos hallamos al mismo tiempo ante una gran ciudad para el momento, de al menos 6000 habitantes, en la cima del desarrollo ibérico, pero que paradójicamente puede ser la ciudad menos ibérica, dado que su urbanismo cuenta con todos los elementos sociales helenísticos: acrópolis, templos, cisternas, sistema defensivo, ágora, calles adoquinadas, etc. A este hecho puramente material, habríamos de añadir los que representan espiritual y socialmente, más próximos quizás al helenismo que al iberismo. (6)
El hecho de no hallarse puerto no implica que no pudiera tener una gran actividad náutica. Las tranquilas aguas lacustres son sin problema alguno lugar de resguardo de las embarcaciones de bajo calado.
Justo al norte del cabo de Begur, las aguas penetraban en el interior unos 10 km, de la actual línea costera, perdiendo empuje conforme avanzan al norte hasta el Montgrí, en donde hallamos la menor penetración de unos 2 km con la actual costa.
Las teorías holísticas de Westerdahl en nuestra zona encajan perfectamente en todos sus elementos, humanos y naturales. Es imposible entender el territorio en el que se desarrollaron las ciudades de Ampurias e Indika sin ver todos y cada uno de ellos para su evolución.
Sin duda, las ciudades de Ampurias e Indika tuvieron un contacto comercial y social mayor del conocido. Ampurias era puerto exportador a la lejana Ática de cereales, y receptor de productos manufacturados, como cerámica, tejidos, vino, etc. ¿Era la función de Indika la de aduana o intermediaria entre el mundo ibérico y Ampurias? Posiblemente, dada la suntuosidad hallada y los vestigios de riqueza, que demostrarían quizás el monopolio comercial entre griegos e iberos. Este contacto comercial podía ser más fluido y rápido si se desarrollaba por medios náuticos que terrestres.
No podemos olvidar, no obstante, que durante décadas la relación de los iberos con el mar ha sido una incógnita. Si bien sus establecimientos costeros son abundantes, los pecios iberos de naves ha sido mínimo. En el cabo de Creus, se han hallado dos embarcaciones que revolucionan la temática hasta ahora conocida. El lugar, habitual en naufragios por los vientos, ha mostrado dos barcos de factura indudable ibérica (7). El calado de estos demuestra que estaban pensados para aguas poco profundas, como marismas y lagunas.
Introduzcamos aquí, con todas las prevenciones posibles, la obra de Avieno, Ora Marítima (8) que describe la zona costera interesada. De las muchas traducciones, mostramos la de Josep Rius Serra,
“Vienen luego los ásperos Indigetas; gente esta dura, gente feroz en la caza y habitante en escondrijos. El cabo Celebántico extiende luego su dorso en el salado mar. Que haya estado junto a la ciudad de Cypsela es ya solo un rumor, pues ningún vestigio de la antigua urbe conserva el áspero suelo
. Ábrase allí un puerto en un gran golfo y en grande extensión
penetra el mar en la cóncava tierra, después de lo cual se recuesta el litoral Indicético hasta el vértice del cabo Pirineo. Después de aquel litoral, que ya hemos dicho que yace echado hacia atràs, se levanta el monte Malodes, y surgen entre las ondas dos escollos, dirigiéndose hacia las nubes la doble cima. Entre estos, además, yace extensamente un puerto, no estando expuesto el mar a viento alguno”.
La descripción es un rompecabezas con elementos conocidos pero que añade un nuevo elemento controvertido: la ciudad de Cypsela.(9)
Sin profundizar en los aspectos que no interesan en este comentario, se puede afirmar que el Cabo Celebántico es el cabo Begur, penetrando el mar formando un gran golfo a partir de aquí, situación que concuerda con las pruebas geológicas y arqueológicas. Aquí el mar se introducía profundamente en el interior, formando marismas y estanques, hasta llegar a la pequeña sierra de Llabià, y pasada ésta, el lago de Ullastret, con la imponente ciudad de Indika, una parte en el Puig de Sant Andreu y otra en la Illa d´en Reixach. El lago de Ullastret y las marismas junto a la sierra de Llabiá estarían conectadas por el norte de ésta con alguna riera.
El monte Malodes y los dos escollos corresponden al Montgrí y su continuación geológica. ya en el mar, las islas Medas, con un tranquilo puerto precedente.
Como se ha dicho, las pequeñas alturas son los lugares potencialmente habitables, y en este caso, Shulten, en 1932, sitúa Cypsela en la pequeña elevación de la Fonollera (10), una antigua isla, y pequeño establecimiento, que no parece creíble sea este el lugar de la posible Cypsela. En este momento no era conocida la existencia de la ciudad ibérica de Ullastret, circunstancia que, sin duda, haría modificar la opinión de Shulten. (11)
Sobre Cypsela, e Indika creo interesante la autorizada opinión de Lluís Pericot, Ullastret. Impresiones y recuerdos. 1961: “Es natural que seamos muchos quienes impresionados por la magnitud y riqueza de la ciudad hayamos pensado que sería fascinador que a la ciudad de Ullastret debiera aplicarse el nombre de Cypsela. La topografía no se opone a ello y el señalar su nombre una factoría helénica, repitiendo un topónimo que se da en Grecia y que recuerda a una dinastía de tiranos de Corinto (ciudad de gran importancia comercial y fundadora) se aviene con la abundancia de elementos helénicos en las capas inferiores de la ciudad. Esto ha hecho pensar, a veces, si no se trataría efectivamente de una factoría griega en sus comienzos, de una compañera o, acaso, precursora de Emporion. La hipótesis tendría mayor verosimilitud si pudiéramos comprobar que había comunicación desde el mar hasta Ter adentro y un paso desde este río hasta el bajo Daró y el estanque de Ullastret. Todo ello es muy hipotético pero sería muy sugestivo que pudiéramos por fin resolver el enigma de Cypsela.”
Por último, podríamos extraer varias conclusiones, con todos los matices posibles, dada la gran cantidad de incógnitas existentes.
En relación con el paisaje nos hallamos con un territorio que no tiene parecido alguno al antiguo. Cuatro ríos transcurren por él, y por motivos humanos y naturales, han modificado todas sus desembocaduras y recorrido diversas veces, siendo responsables de cegar el puerto de Ampurias, que con el tiempo ha sido transformado en tierra firme. Lo mismo podemos afirmar de los numerosos lagos, estanques, marismas, lagunas, etc., que han desaparecido al recibir los sedimentos fluviales, sin olvidar la mano humana desecando humedales para conseguir nuevas tierras de cultivo, y sin duda por motivos sanitarios. Un territorio así obligaba a los asentamientos humanos en las mínimas alturas, dado las crecidas de las aguas que sin duda se producían, haciendo las zonas llanas inhabitables. Asimismo, la línea costera se ha visto modificada en gran medida, hallándose la misma en algunos lugares adelantada varios kilómetros.
Referente a ambas ciudades, Ampurias ha sido en comparación a Indika mucho más investigada, con lo que creo que aún no se ha hecho un cuadro real de la situación existente. Ampurias representa una importante puerta por la que la cultura clásica, griega y romana, se introduce en la península, y por ello muy valorada. Sin embargo, la casi desconocida Indika ha sido una fuente de sorpresas. “Podría” ser la mítica Cypsela, dado que diversas circunstancias nos invitan a creerlo. Dentro de los hechos demostrados por la arqueología estamos ante una ciudad que podría ser helénica sin problemas, con todos sus elementos. Casi podríamos decir que era una ciudad marítima, aunque no esté en línea costera, con salida a la mar casi segura, teniendo así un trato de tú a tú con Ampurias, en el que el hinterland de ambas quedaría sobrepuesto y en el que las embarcaciones de poco calado tendrían un gran transito comercial.
NOTAS
1 Empúries R. Marcet-E. Sanmartí 198, pag. 13
2 Palaiápolis es ya mencionada por Estrabón. No así Neápolis, término acuñado por Puig i Cadafalch, a principios dels siglo XX, para designar el nuevo asentamiento establecido en tierra firme al cabo de unas décadas por los colonos griegos. Los motivos de las colonizaciones son campo de amplio debate obedecen a diversas causas.
3 Nieto- Molla. El yacimiento arqueológico de Riells-La Clota y su relación con Ampurias. 1985.
4 En 195 ac arribó el cónsul Catón a Ampurias al objeto de sofocar la rebelión. Es evidente que sus legiones no cabían en la pequeña colonia griega. Para subsanarlo acampó cerca de la desembocadura del Ter, y posteriormente en la zona de Riells. Tito Livio libro XXXIV; FX. Hernández Història Militar de Catalunya Vol I; Nieto -Molla El yacimiento arqueológico de Riells-La Clota y su relación con Ampurias 1985
5 Indika es, y no pacíficamente, el nombre con el que muy recientemente se designa la ciudad ibérica de Ullastret, durante muchos años innominada. Por las fuentes clásicas se había creído que su ubicación era junto a Ampurias, si bien la arqueología no lo ha podido demostrar. Con Indika se produce un raro fenómeno, dado que si bien su ubicación no podía pasar desapercibida por ser durante siglos cantera de construcción para los lugareños, con un castillo de época carolingia, y posteriormente una ermita y una masía habitada hasta los años 40 del siglo XX, no se le había dado históricamente ninguna importancia, a pesar de los claros indicios de su presencia.
6 En este sentido, Lluís Pericot, Ullastret. Impresiones y recuerdos, 1961.
7 En la playa de cap de Vol, o Bol, i en la cercana cala Cativa en Port de la Selva, se han hallado los pecios de dos barcos romanos del siglo I ac, con carga de vino de procedencia de Baetulo, Badalona, junto a Barcelona, y con posible destino a Narbona. La factura de ellos demuestra que su arquitectura debió ser ibera y adaptada a las aguas poco profundas de esta zona costera con abundantes marismas.
8 Avieno. Rufus Festus Avienus, poeta nacido en Eutruria en el siglo IV dc, y que siguiendo un periplo (en sentido estricto periplo es una serie de descripciones, accidentes geográficos, vientos, puertos, etc que griegos, fenicios y posteriormente romanos hacían de sus viajes) massaliota del siglo VI ac hace una descripción del litoral del Imperio Romano en su Ora Marítima. El poema, incompleto consta de 713 versos. Menciona Cypsela, pero omite extrañamente, Ampurias.
9 Cypsela . Cipsela, Gypsela, o Kypsela. Nombre de una ciudad aparecido en la Ora Marítima. En la actual Turquía, el antiguo nombre de la ciudad de Ipsala era Cypsela, por lo que éste podría ser un nombre ibero helenizado (quizás Indika?) . Si bien no se ha hallado su emplazamiento, y muchos han sido los lugares candidatos a ello, parece que sólo dos serían posibles: la Fonollera e Indika, si bien la Fonollera parece descartada.
10 La Fonollera, actualmente un pequeño promontorio, de 200m por 250m, fue una isla habitada desde la edad de bronze hasta época bajo imperial, estando aproximadamente a 1 km tierra adentro de la actual costa, y prácticamente en línea recta con Indika. Recibió la visita de Shulten en 1932, quien creyó podía ser Cypsela.
11 Adolf Shulten, 1870-1960, arqueólogo e historiador, hispanista por excelencia, descubridor de Numancia, nos interesa aquí por ser un gran investigador de la Ora Marítima, siendo quizás demasiado ortodoxo en su seguimiento y en sus conclusiones. Estuvo en 1932 en la Fonollera.
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Autor: Manel Ferreres Vidal (Treball fet per a la Universitat de Múrcia)
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